After the Prince of Wales bought a house in Romania, he supports woodland preservation

Oct 27, 2011 14:47 GMT  ·  By

Los cuentos de hadas que decimos a nuestro hijos no serán igual de terroríficos como fueron los nuestros sin la presencia de estos bosques misteriosos que ocultan y protegen el castillo del Conde Drácula.

A pesar de que el bosque que cubre la mayor parte de la zona de los Montes Cárpatos todavía está bien conservado, el crecimiento económico que está experimentando Rumania podría implicar un proceso significativo y devastador de la deforestación en los próximos años.

El Príncipe de Gales ha adquirido recientemente una casa de cinco dormitorios de 150 años en la aldea de Zalapanpatak, que se encuentra en esta área, y ahora está manifestando su preocupación por una posible amenaza a este territorio virgen que hasta ahora fue muy bien conservado.

Está preocupado pensando que la intervención humana podría tener el mismo impacto a esta zona como pasó con el bosque de Gran Bretaña que solía cubrir mucho más superficie que hoy.

El Príncipe Carlos está tan interesado en centrar su atención en este problema potencial porque está convencido de que de alguna manera está relacionado con Vlad III, el Príncipe de Valaquia.

Los expertos suponen que Vlad el Empalador estaba relacionado con la abuela del Príncipe, la reina María.

"Me parece que en Transilvania hay una combinación de los ecosistemas naturales con un sistema cultural humano. Esta relación extraordinariamente única integrada es tan sumamente importante. La gente anhela ese sentido de pertenencia e identidad y significado",afirmó el Príncipe, mientras hablaba acerca de las bellezas naturales y los valores que han hecho que Rumania sea famosa en el extranjero.

Los funcionarios del programa Cárpato Danubio de la WWF en Rumania dicen que incluso si bien el territorio todavía se conserva, su frágil equilibrio no durará mucho tiempo al tratar con la expansión de la urbanización y la industrialización creciente.

Por lo tanto, Magor Csibi de WWF considera que la organización tiene que cuidar de 250.000 hectáreas de bosques vírgenes que se encuentran en Rumania.

Los números pueden no parecer muy impresionantes, pero los expertos nos dicen que se trata de una superficie significativa que actualmente representa el 65% de los bosques vírgenes que todavía se pueden encontrar en Europa.

El problema parece ser aún más importante si pensamos en el hecho de que esas áreas son el hábitat del oso pardo, el lince y 13.000 otras criaturas que se enfrentan a la extinción si se ven obligadas a abandonar sus hogares naturales.